Uno de los asesinatos que más ha consternado
a los colombianos, fue el de Álvaro Gómez Hurtado, el crimen en contra del
líder conservador dejó a Colombia sin la oportunidad de tener un presidente
defensor de la democracia, la libertad y el orden. Sin embargo, lo más doloroso
es que a pesar de las pruebas existentes ante la justicia del país, su caso
sigue en total impunidad. Los responsables gozan de plena libertad y quizá
algunos aún de las mieles del poder.
Y es que una de las forma de lucha de un
sector del espectro político en Colombia y Latinoamérica el siglo pasado era asesinar
al contradictor político. El ejemplo de Gómez Hurtado es solo uno de cientos
que sucedieron en nuestro país. El problema incluso sucedía sin importar la
inclinación política, los extremos compartían esa estrategia para acabar al
enemigo político.
Sin embargo, los acontecimientos a partir del
Siglo XXI son otros. Aunque siguen existiendo atentados en contra de opositores
políticos, la persecución ha pasado a otro sector, el judicial. Y es que fue
mucho más fácil infiltrarse en el aparato judicial para presionar y proferir
fallos en contra de la oposición y acabarlos políticamente con condenas infames,
que seguir asesinando líderes democráticos.
El mecanismo es el mismo que utiliza la
dictadura chavista, donde hoy tiene a Leopoldo López, Antonio Ledezma, cientos
de políticos de oposición y líderes estudiantiles con privación de su libertad,
llenos de acusaciones falsas y condenas injustas. También pasa en Ecuador con
líderes que se opusieron al régimen de Rafael Correa, en la Nicaragua de Daniel
Ortega y ni que decir en Cuba donde miles fueron fusilados y olvidados y otros
están en calabozos.
La historia de persecución política se vive
en Colombia todos los días, desde el juez de un pueblo hasta las altas cortes,
donde hoy mismo se conoce que magistrados de la Corte Suprema de Justicia están
involucrados en fallar alejados del marco judicial y apegados a la corrupción
de algún político que esté ejerciendo el poder.
No en vano, desde el año 2008 a muchos ex
funcionarios del gobierno de Álvaro Uribe se les ha judicializado de manera
injusta, violando incluso el debido proceso. Así mismo, en 2010 a la opción real de continuar las políticas de
la Seguridad Democrática, Cohesión Social y Confianza Inversionista, se le
montó un escándalo mediático que desató la apertura de un juicio totalmente
amañado y ruin, fallando finalmente en contra de ese líder y eliminándolo del
ámbito político.
De igual forma al candidato presidencial de
la oposición democrática en el año 2014 fue víctima del montaje más mezquino
que recuerde la historia reciente de Colombia. Un supuesto “hacker” infiltrado
en la campaña logró perjudicar manchando su buen nombre y a pesar de que ganó
las elecciones, le robaron la presidencia.
Incluso, al mismo líder de la oposición, tan pronto logró demostrar su
inocencia y ser absuelto del mismo proceso, le crean otro escándalo para evitar
que sea el presidente en el 2018.
Otro líder de la oposición es perseguido con
testigos falsos, privado de la libertad por más de 3 años y condenado
políticamente al meter en un cajón el evidente fallo absolutorio.
Incluso, la persecución política ha sido tan
evidente que al hermano del ex presidente Álvaro Uribe, de manera injusta lo
privan de su libertad al ser sometido nuevamente a un caso ya esclarecido por
la justicia hace más de 20 años, pero que fue reabierto de manera arbitraria y
tramposa.
En Colombia, la persecución política ha sido
el instrumento preferido por aquellos que no se pudieron tomar el poder con las
armas y que hoy el gobierno de Santos les ha abierto las puertas del Congreso,
la Casa de Nariño y el Palacio de Justicia. Esos terroristas que atentaron de
manera sistemática en contra de la vida de Álvaro Uribe Vélez, hoy buscan de manera decidida, acabarlo
políticamente sometiéndolo a su nuevo aparato de lucha, la Justicia Especial
para las Farc –JEP.
Publicado en Minuto30.com - Agosto 16, 2017
https://www.minuto30.com/oposicion-politica-en-la-mira/459240/
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