Colombia atraviesa una crisis sin precedentes
debido al mal manejo que el gobierno de Juan Manuel Santos le ha dado a la
nación. Los peligrosos acuerdos pactados con los terroristas de las Farc, la
crisis de la salud, el debilitamiento de la economía, la informalidad en los
puestos de trabajo, el aumento de cultivos de coca y el incremento de la
extorsión han generado un desanimo general en la sociedad y sobre todo una
desconfianza de la población con las instituciones de nuestro país. Las
instituciones han sido históricamente sólidas y hoy se encuentran con los
peores indicadores de aprobación.
La rama judicial de Colombia no funciona. Los
procesos legales duran una eternidad, periódicamente los jueces entran en paros,
la corrupción deambula en los pasillos de los juzgados y los magistrados de las
altas cortes fallan alejados del marco jurídico y apegados a un sectarismo
político. La justicia politizada en Colombia debilita seriamente el
funcionamiento de la democracia, la libertad y del derecho a ejercer la
oposición democrática.
De igual manera, el poder legislativo ha
estado cooptado los últimos 7 años por un gobierno tramposo y corrupto,
llevando a cabo la aprobación de leyes y actos legislativos que deshonran la
Constitución Política de nuestro país. La gran mayoría de congresistas han
recibido la famosa mermelada, que no es más que dinero corrupto por parte del
gobierno nacional para la aprobación de leyes que envía el ejecutivo. Las
funciones del Congreso hoy son manejadas cien por ciento por los caprichos del
Presidente y las Farc debido a la ley habilitante llamada Fast-Trak, convirtiéndose en un simple notario sin posibilidad de
modificar o rechazar proyectos de ley.
La prensa, llamado el cuarto poder, está
totalmente parcializada debido a los millonarios contratos publicitarios que el
gobierno nacional destina mensualmente a los grandes medios y periodistas;
pauta que incluye libretos prefabricados y montajes malintencionados en contra
de la oposición.
Lastimosamente las Fuerzas Militares, la institución
más querida por los colombianos, está totalmente desanimada y humillada después
de que el gobierno Santos las equiparó con los narco terroristas de las Farc.
Incluso hoy, más de 2500 militares se encuentran privados de la libertad sin
que se les resuelva su proceso jurídico, esto es una bofetada para quienes
honrosamente han cargado el uniforme militar para defender nuestra Patria y sus
instituciones.
Finalmente, el poder ejecutivo controlado por
Juan Manuel Santos, cada día tiene más acciones con tinte dictatorial que
perjudica gravemente la democracia. Desconocer el resultado del plebiscito del
año pasado, corromper a los demás poderes y montar un discurso internacional
totalmente falso a la realidad nacional, nos ha llevado a tener un presidente
en que el pueblo colombiano no cree y no representa los valores por los que
algún momento se hizo elegir.
Consecuencia de la desinstitucionalización de
todas las ramas del poder, la democracia colombiana está al borde del abismo. No
en vano el pueblo está desesperado pidiendo a gritos un cambio para elegir en
las próximas elecciones a una nueva clase política preparada, honorable y con compromiso
de Patria.
Publicado en:
Minuto 30 - Julio 28, 2017
El Heraldo de España - Agosto 1, 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario