La carrera para la Alcaldía de Bogotá está llegando a su fin, con un sin número de actividades políticas. Todos los candidatos están exponiendo sus propuestas para la ciudad capital que en los últimos años, solo ha tenido pésimas administraciones y hoy se encuentra en un caos de proporciones inimaginables. A solo dos semanas de las elecciones, por el segundo cargo más importante del país; los Bogotanos se encuentran en un dilema sobre quién debe ser el nuevo alcalde y líder que tome las riendas de la capital. Según los últimos sondeos de opinión, las encuestas sobre intención de voto deja un empate entre los candidatos Enrique Peñalosa y Gustavo Petro, y no muy lejos Gina Parody.
Es preocupante ver como el populismo político tiene tanta sintonía. El candidato del llamado Progresismo, Gustavo Petro, está ilusionando a la población más vulnerable de la ciudad con cantos de sirena. Su posible elección seria un continuismo que podría ser desastroso para Bogotá; sus alianzas y sus amigotes del pasado son bien conocidos por la opinión pública nacional que mira con asombro su cara dura y su engaño. Fue líder del grupo guerrillero y terrorista M-19, quienes con ayuda del dinero del narco terrorista más grande que Colombia haya tenido, Pablo Escobar, lideraron la toma más sanguinaria que ha vivido Colombia, la toma al Palacio de Justicia. A pesar de que Gustavo Petro no estuvo presente el día de la toma, los motivos quizás fueron su detención 15 días antes por porte ilegal de armas, delito por el cual fue condenado a pagar pena de prisión. Motivo este suficiente para estar inhabilitado legalmente de no existir Jueces venales y politizados.
La inhabilidad del candidato Gustavo Petro para ocupar cargos públicos fue denunciada el pasado mes de septiembre por el periodista Fernando Londoño Hoyos en su programa La Hora de la Verdad. Gustavo Petro, fue condenado a 18 meses de prisión por este delito. Posteriormente fue indultado por los delitos políticos derivados a la toma del Palacio de Justicia, pero, por el delito de porte ilegal de armas, por el cual fue juzgado y condenado, no entró en el susodicho indulto. Por consiguiente lo inhabilita para ocupar cargos como servidor público. Durante todos los años que se desempeño de manera ilegítima como senador de la republica, engañó a la nación, a las instituciones y a la sociedad civil, pues nunca reveló su inhabilidad, y estas no caducan nunca.
Es cantinflesco ver a un candidato que habla de mafias, pero el grupo que él lideró fue financiado por una de las mafias que más daño le ha hecho a Colombia, el cartel de Medellín. Más curioso es escuchar al señor Petro hablando de “humanismo” cuando fue su grupo guerrillero quien utilizaba el secuestro, el asesinato y la extorsión como forma de lucha para asumir el poder. Este grupo fue quien asesinó a sangre fría al sindicalista José Mercado, y luego su cuerpo fue abandonado en una calle bogotana. Es esa la historia del país, que muchos vivimos, y que no podemos olvidar, sobretodo en el momento de escoger quién gobierne la capital del país.
Sería un imperdonable error de los Bogotanos, elegir a quien perteneció a un grupo guerrillero que fue indultado, en un extraño acuerdo político donde los únicos condenados hoy son los militares que justamente defendieron las Instituciones y la Democracia, y los terroristas que realizaron actividades de violación a los Derechos Humanos, cometieron crímenes de lesa humanidad contra magistrados indefensos y quemaron los procesos de extradición por encargo de la mafia, son perdonados, indemnizados y exaltados como adalides de la moral y la ética. Más grave error es elegir un candidato inhabilitado que no podrá gobernar por el rechazo que generará entre las gentes honradas del país, la gran mayoría.
Gustavo Petro fue fundador del Polo Democrático Alternativo, el partido político que durante los últimos años ha destrozado la ciudad. A principios del siglo XXI Bogotá, fue ejemplo de innovación y desarrollo. Hoy es una ciudad insegura, intransitable, corrupta y sin norte. Gustavo Petro conoce muy bien a Samuel Moreno, alcalde elegido en el 2006 con el apoyo del aquel entonces senador, y a pesar que durante mucho tiempo fue un soporte del hoy encarcelado alcalde, Petro decidió retirarse del Polo, una jugada de puro oportunismo político, mas no por diferencias en la forma de gobernar, ni mucho menos de ideologías políticas que tienen hoy a la capital en el limbo.
Sus amistades peligrosas son un elemento más para no permitir a Gustavo Petro gobernar durante 5 años la capital de la república. Con Hugo Chávez, de tiempo atrás. Cabe recordar que la primera esposa de Petro, la señora Marilú Herrán es amiga personal y colaboradora de Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores, además, coordinadora del Instituto Bolivariano de Estudios Latinoamericanos, muy a fin a las posturas socialistas de quien gobierna el país vecino. Pero quizás es más grave las amistades de su actual esposa, Verónica Alcocer, quien es amiga del colegio y su familia tuvo (o quizás aun mantiene) sociedad con Rina Mendoza, esposa de Miguel Nule, familia bien conocida por haber desfalcado durante los últimos años el dinero público de Bogotá. Es más, el mismo Gustavo Petro señaló que la señora Mendoza le entregó 80 millones de pesos a Verónica Alcocer, presuntamente de una deuda pendiente de la sociedad que tenían, pero no se sabe si este dinero terminó en la campaña presidencial del entonces candidato Petro en el año 2010. Esta cantidad de amistades muy cuestionables, traerían consecuencias terribles para la ciudad, puro clientelismo y corrupción.
Bogotá no puede continuar con mandatos populistas, no se pueden dejar engañar con frases de cajón, pensando en el humanismo como salida a los problemas de la ciudad. Lo que se requiere es un líder competente, que haya probado con sus acciones de servidor público éxitos, verdadero progreso y desarrollo. Es el tiempo de darle una lección a aquellos que pensaron en un momento que con las armas de fuego podían ejecutar cambios sociales, y que hoy utilizan armas de populismo puro y demagogia para manejar la ciudad que debería más bien ser símbolo de desarrollo e innovación en el país y el mundo entero. Es la oportunidad de marcar el 30 de octubre como un día histórico donde la ciudad volverá a tener un norte y todos nos sintamos orgullosos de ella.
¡Pilas Bogotanos! No conviertan este próximo 30 de Octubre en un M-19.
Muy buen artículo, faltó mencionar los lujos de la hoja de vida de Gina Parody, y xq no, los desaciertos de Antanas Mockus, su coequipero.
ResponderEliminarSin duda, en Bogotá, los bogotanos y los demas ciudadanos que residen en nuestra capital, no podemos permitir que la ciudad caiga en un Gobierno muy parecido al de los últimos 3 años, peor aun, un Gobiernos de aquellos que dejan los cargos tirados x ambiciones personales.
Bogotá, como ciudad capital no puede retroceder mas, en manos de los que votamos el 30 de octubre en esta ciudad, está el futuro de una polis que debe ser diseñada xra estar a la altura de las demás capitales siglo XXI. En nuestras manos está el progreso y beneficio de la ciudad, en los próximos 3 años podemos avanzar como se hizo en el Gobierno de Peñalosa, o retroceder como se ha hecho en los últimos Gobiernos.
Este 30 de octubre, cachacos y demás colombianos, somos los que decidimos el avance o retroceso de Bogotá.
Nuevamente, felicitaciones a Juan David! Gran artículo y grandes reflexiones!
Echo de menos en este artículo una referencia al contexto nacional, gracias al cual la campaña de Petro cuenta con el apoyo del gobierno y su prensa. Con perdón, enlazo al lector un escrito mío sobre esos apoyos de Petro.
ResponderEliminarTambién creo que es necesario señalar la jugada de los que quieren poner a Petro, consistente en dispersar el voto de rechazo al PDA. Petro no ganará porque la clase de personas que leen este blog puedan plantearse votar por él, sino porque sus adversarios irán divididos. La obstinación de la prensa en darle visibilidad a la candidata de Santos es muestra de ese afán.
Es decir, si no se aclara que Petro ganará por eso, denunciarlo no servirá de mucho.
Excelente articulo, ojalá sea tenido en cuenta, toda vez que Petro en el poder seria nefasto para la capital, y de llegar a ganar el 30 de octubre seria un gasto para convocar a nuevas elecciones, ya q una vez electo tenemos 20 dias para demandar la inhabilidad, asi q debemos pensar en todo esto antes de darle el apoyo a un ex guerrillero chavista.
ResponderEliminarEl título no pudo estar mejor. Hay muchos rótulos bajo los cuales se puede configurar a Petro, pero quizá el utilizado en el presente artículo por Juan David es el mejor. Petro es un peligro para Bogotá, no tanto por sus antecedentes delicuenciales o su inhabilidad, sino por su ignorancia política y su ignorancia de Bogotá. Muchas de sus propuestas no tienen fondo ni viabilidad por la misma situación de la ciudad, y es indudable que este señor las ignora. Además, Petro, en mi percecpión, tiene afán de poder. No fueron las presidenciales, ojalá que tampoco sean estas elecciones.
ResponderEliminarUn punto a destacar: aunque se hable mal de Petro, esto no es política sucia. Es una simple realidad que debe ser conocida por todsos, para que la gente tenga un voto informado. Felicitaciones al autor.
Todo lo que dice Juan y quienes respondieron es cierto, pero ¿cómo enfrentar a esas mafias que desde el gobierno, la justicia,la prensa, incluso la sociedad, promueven la candidatura de este delincuente?. Crear sentido de responsabilidad no es fácil y menos en una sociedad con mala memoria, encantada por las mentiras de los demagogos o acostumbrada a la corrupción y que ven en el voto no una oportunidad de cambiar a la ciudad en que la habitan, sino el chance de ganarse cualquier dádiva, asi sea la más insignificante.
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