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martes, 22 de enero de 2013

Terrorismo Silencioso


Siguen sorprendiendo los titulares de prensa que manda el gobierno nacional a algunos periódicos que hablan sobre la seguridad del país. El último fue “2012 sería el menos violento de los últimos 26 años” publicado el 6 de diciembre de 2012. Pero ¿será que la violencia en Colombia si se ha reducido después del abandono de la Seguridad Democrática por parte del gobierno Santos? ¿Qué están haciendo los grupos terroristas para seguir su lucha? ¿Por qué entonces la preocupación de la comunidad por el recrudecimiento de la violencia en nuestro país?
La extorsión, “la vacuna,” el  voleteo se convirtió en un delito corriente de parte de los grupos terroristas como lo son: las farc, el eln, los rastrojos, los urabeños, y todas las bacrim. Operan en todos los departamentos de Colombia, especialmente en los de la costa atlántica, donde se han multiplicado en forma alarmante. Este delito lo realizan los grupos criminales, buscando a través de la intimidación y la imposición de la voluntad, obtener provecho extorsivo que generalmente se traduce en beneficio económico, por un lado, y el político por el otro.
Siempre que el país entra en procesos de paz, los grupos terroristas incrementan todas sus formas de lucha, y esta es de las más aberrantes y dañinas; la transformación en el accionar terrorista, se traduce en la evolución de esta práctica y su impacto sobre diferentes sectores de la sociedad. Buscando con ello estrangular la sociedad, intimidarla y obligarle a que acepte sus vulgares exigencias. Con chantaje, obliga al gobierno flexibilizar la presión, y este agotado, acepte una solución cualquiera; abrumado por el clamor de una sociedad aterrorizada y vencida.
El incremento de extorsión en el país es aterrador. En el centro de Medellín se habla de “pago de peaje” para los buses que operan en la zona, fondos que irían destinados a los grupos de las comunas. En la Plaza Santo Domingo de Cartagena, bella y muy turística, los locales comerciales están recibiendo llamadas telefónicas de personas que se identifican del grupo los rastrojos para extorsionar a los empresarios pidiéndoles largas sumas de dineros. Y ni que hablar de las zonas rurales del país donde hasta los más humildes trabajadores son encañonados para que paguen las “cuotas” de guerra que piden los terroristas.
No existen estadísticas que permitan determinar con certeza la magnitud del problema. De igual manera el gobierno no estaría muy interesado en publicar ese tipo de información. Además, Estos vacíos de información responden principalmente a la no denuncia a las autoridades de las víctimas por miedo a las represalias de la organización criminal, amenazas contra su vida o secuestros. Estos hechos no solo representan una limitación en su caracterización, sino que adicionalmente, obstaculizan la posibilidad de enfrentar este delito de manera rápida y efectiva.
La no denuncia, se podría explicar, por varios elementos. Por un lado, por el miedo que se genera sobre las víctimas frente a la amenaza sobre su vida; principal gancho de la extorsión. Por otro lado, por la creciente falta de credibilidad y confianza de los ciudadanos en el gobierno nacional y algunos miembros de las instituciones gubernamentales quienes estarían posiblemente vinculados con el mismo delito, todo esto justificado en los hechos que en los dos últimos años se perdió el rumbo y estrategias probadas con éxito por la recordada Seguridad Democrática.
El terrorismo silencioso sigue creciendo en nuestro país por la falta de acción del gobierno, quien se encuentra ocupado dialogando con terroristas en el exterior y dejando a un lado el dialogo con la comunidad. Después de estas acciones de extorsión vendría el incremento de asesinatos, secuestros, el cierre de los negocios, la disminución del turismo y el crecimiento de la pobreza. Esta no es la “prosperidad democrática” por la que votó el pueblo hace dos años, pero si es la realidad que nos sigue haciendo reclamar a muchos que regrese la Seguridad Democrática lo más pronto posible.


Publicado en Revista Posición, Diciembre 6, 2012

Venció la dictadura


La historia nos ha mostrado que los dictadores no salen por vía democráticas, con excepción de Augusto Pinochet en Chile, los tiranos dejan la democracia a un lado y asumen el papel de autoritarismo y se perpetuán en el poder para seguir lucrando sus intereses y el de sus familias.
En Venezuela este pasado fin de semana se vivió el final de una jornada electoral llena de inconsistencias, mentiras, trampas y un posible fraude de último momento que dio por vencedor a Hugo Chávez, quien lleva 14 años en el poder y que después de los comicios podrá continuar por seis años más con su llamada Revolución Bolivariana que no es más que una dictadura.
Hugo Chávez ha llevado a Venezuela a un atraso sin precedentes, un país sumamente rico en hidrocarburos pero que cada día produce menos petróleo, un sistema de salud deficiente, una infraestructura que no es innovadora ni eficiente, cifras de homicidio llegando a records mundiales, un altísimo costo de vida y lo más preocupante, un apoyo abierto y decidido al llamado “eje del mal” y a los grupos terroristas como las FARC.
Venezuela continuará con un mandato que ha cortado toda participación de la inversión nacional y extranjera, mantendrá una polarización peligrosa y una gran desesperanza de su pueblo para tener un mejor futuro.
El populismo de Hugo Chávez ha sido efectivo durante los últimos años, logró amordazar a la oposición. No existe democracia en Venezuela cuando se dice que hay elecciones, éstas es solo una herramienta de la democracia. Chávez insulta, descalifica y amenaza la oposición de manera sistemática en cada discurso, eso no es democracia. Chávez calla a los medios de comunicación que no difunden sus mensajes populistas, eso no es democracia. Chávez utiliza fondos gubernamentales para hacer campaña política de manera irregular, eso no es democracia. Chávez no es tolerante y no está abierto al debate político sano y necesario, eso no es democracia. Chávez apoya y protege a grupos terroristas como las FARC, eso está muy lejos de ser una democracia.
Colombia seguirá sufriendo al tener en el vecindario un dictador que apoya a las FARC, que está sentado en la mesa de negociación poniendo condiciones y marcando el rumbo del país, algo inaudito e inaceptable. Desafortunadamente para Colombia, Hugo Chávez es el mejor amigo de Juan Manuel Santos, quienes con sus planes oscuros y mentirosos están engañando a sus pueblos. En Colombia debemos estar atentos a los avances de Chávez en nuestro país, no podemos olvidar que siempre ha tenido en mente un plan expansionista que poco apoyo ha tenido en las gentes, pero consolidándose en el poder venezolano y con amigos como Santos, Correa, Morales, Ortega entre otros, podría lograr su cruzada peligrosa para las naciones Suramericanas.
Chávez ganó unas elecciones irregulares y se quedará en el poder, pero se debe reconocer la labor heroica de la oposición venezolana, quienes con tantas desventajas lograron movilizar millones de ciudadanos para hacerse sentir ante tanta opresión e injusticia. Las naciones deben mantener una oposición unida, perseverante, y comprometida con los valores democráticos siempre, es la única forma de hacer un verdadero cambio. Espero entonces que la oposición al gobierno de Santos en Colombia se consolide como un frente sólido y de la batalla para recuperar el rumbo perdido y no permitir una “revolución bolivariana” en nuestro país.



Publicado en Revista Posición, Octubre 10, 2012