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lunes, 30 de mayo de 2011

Oportunismo y Traición

Después del largo debate y finalmente la aprobación de la ley de víctimas, nos quedo a muchos colombianos un sabor agridulce. Para Colombia y su camino a la paz, es indispensable tener una ley donde las víctimas de la violencia y el terrorismo fueran los protagonistas principales, no solo por la imagen que esto da en el exterior sino por una deuda moral que tiene el Estado con millones de colombianos que han sufrido el flagelo de la violencia. Pero también quedó demostrado que en el afán de mostrar una imagen de paz, se están abriendo espacios para perder la guerra contra grupos terroristas sin ideología, macabros y manipuladores.

La ley de víctimas falla en varios puntos a saber. El primero es el de declarar la existencia de un conflicto armado interno; el marco para este reconocimiento no solo no se da, sino que es una forma de acomodar un proceso de paz en un futuro no muy lejano y darle un espacio político y beligerante a unos grupos terroristas que permanentemente violan el Derecho Internacional Humanitario.  Abrir las puertas para que estos grupos pidan ser reconocidos internacionalmente como beligerantes, da la posibilidad para que tengan oficinas en el exterior, mayor protección e intermediarios para su deseo de tomarse el poder a toda costa. Un retroceso de más de 12 años.

En segundo lugar, al poner en el mismo nivel las víctimas que se presentan por parte de organismos del Estado, en muchos casos accidentales, a las víctimas de los grupos terroristas. En Colombia existen unas Fuerzas Armadas valientes que luchan día a día contra grupos terroristas violadores de Derechos Humanos, torturadores, secuestradores y asesinos que atacan las poblaciones más indefensas del país, terroristas que se escudan en la población civil y que siembran minas que mutilan y matan inocentes. Nuestras fuerzas han reivindicado su honor y reconocimiento durante los últimos 9 años gracias a una larga tarea de reconstrucción de los mandos y tropas, como también gracias a los innumerables logros que han tenido en el campo de combate permitiéndole así brindarle seguridad a millones de colombianos. A pesar de eso, existen casos donde se presentan abusos de autoridad, pero estos no deberían ser puestos al mismo nivel de los actos terroristas y atroces por parte de los grupos al margen de la Ley. La moral de las tropas se debe mantener en alto, ellas merecen todo nuestro agradecimiento y respeto.

Otro de los puntos donde la ley deja un sabor amargo, es en la parte de indemnización para las víctimas. No cabe la menor duda que la reparación a las víctimas es la justicia, la verdad y la garantía de no repetición de actos violentos. Una entrega de dineros del Estado debe ser parte de la reparación, pero debe estar claramente señalado en la Ley de dónde van a salir estos dineros y cuánto va a ser el total destinado con este fin. Estas partidas presupuestales no se pueden convertir en una bola de nieve, donde se daría pie a crear el mayor déficit fiscal del país, que necesita tantos recursos para seguir garantizando seguridad, ampliar educación, mejorar el sistema de salud y desarrollar más infraestructura. Eso es parte de una verdadera reparación para una nación de más de 50 años de constantes ataques  terroristas a los gobiernos democráticos. Aun no se ha precisado cuánto costará esta ley y qué recursos se apropiaran para cumplirla.

Por último, la ley de víctimas nos abre una pregunta a muchos colombianos, que estamos despertando del engaño. - ¿A quién elegimos en las elecciones del año 2010? La mayoría de senadores y el presidente de la República traicionaron a sus electores, abandonaron las banderas e ideales por las que fueron elegidos en Junio de 2010. Una traición en busca de un oportunismo internacional, donde se olvida el verdadero interés nacional.  Lo que el pueblo no olvida es que se presentaron con las tesis y el aval del entonces presidente Álvaro Uribe y hoy impulsan tesis justo de los detractores y opositores de su pensamiento realizaciones y tesis. ¡Qué vergüenza!

¿Tendrán el valor nuevamente estos senadores en pedirle apoyo al presidente Uribe para futuras elecciones? ¿Seguirán con una doble moral para seguir consiguiendo votos? Ya lo dijo nuestro premio Nobel de literatura García Márquez,  “se puede ser infiel, pero nunca desleal.”


martes, 3 de mayo de 2011

JUSTICIA SOBRE EL TERRORISMO


La muerte de Osama Bin Laden es el triunfo de la justicia sobre el terrorismo. Todos los demócratas del mundo, encabezados por Barack Obama y el pueblo de los Estados Unidos, lo celebran con alborozo. La humanidad vivió uno de los hechos más escalofriantes y repugnantes de la historia el 11 de Septiembre de 2001 cuando unos extremistas islámicos atentaron contra  las naciones civilizadas. Fueron hechos que mostraron la barbarie terrorista donde perdieron la vida mas de 3000 inocentes. La autoría  de estos hechos violentos fue atribuida a Osama Bin Laden.

El anuncio del presidente de Estados Unidos, Barack Obama el 1 de Mayo donde comunicaba a los ciudadanos del mundo entero que uno de los hombres más buscados por la inteligencia americana, había muerto en un operativo realizado en Paquistán por las fuerzas especiales americanas, genero en el mundo entero alegría y regocijo. La gente salió a las calles a celebrar. Hubo celebraciones hasta altas horas de la madrugada en lugares cercanos a la Casa Blanca y en Nueva York, afloró un patriotismo desenfrenado, y se celebró el triunfo contra el verdugo cruel y sanguinario.

En ese 11 de septiembre del 2001 se atentó contra Estados Unidos y contra los pueblos libres. Pero, la organización terrorista Al Qaeda sufrió la desaparición de su jefe y líder, pero aun sigue con su terrible poder destructor. Atentados en Londres, Madrid y otros lugares alrededor del mundo, con seguidores y fanáticos; alertan a los gobiernos a no bajar la guardia. Es obligatorio rendirle tributo a la heroica decisión de George W. Bush para afrontar la llamada “guerra contra el terrorismo”. hoy con la muerte de este terrorista se reafirma una vez más su compromiso de acabar con los terroristas estén donde estén. Hoy se ha dado un gran paso en contra del terrorismo internacional, se ha avanzado hacia un mundo más seguro, donde los narcotraficantes y terroristas no tienen cabida, un paso más en busca de poner en su sitio a extremistas que dañan democracias sólidas.

Es también este hecho un ejemplo a la cooperación internacional para afrontar el reto de la lucha contra el terrorismo. Aquí no se han presentado quejas, ni roturas de relaciones entre países, ni interferencias de países extranjeros azuzando violaciones territoriales, menos Derechos Humanos como cuando se dio de baja al terrorista de las FARC, Raúl Reyes. Este hecho debería ser representado en algunos lugares del continente americano y a sus líderes regionales. En UNASUR por ejemplo, donde se encuentra un país como Colombia, totalmente comprometido a luchar contra todo tipo acción de ilegales armados, comprometiendo a sus vecinos a no bajar la guardia, invitando a sus poblaciones civiles a colaborar con las instituciones de los Estados, con su Ejército y su Policía. Con el convencimiento de que la lucha es de todos y este flagelo debe ser tratado con lealtad y constancia.  El flagelo de la violencia en activa de todos los países de la región. Como tantas veces lo pregono Álvaro Uribe.

Obama hoy celebra el triunfo que bajo su mando ha conseguido, pero el triunfo es de todas las democracias del hemisferio que han apoyado la lucha contra los extremistas. También es un triunfo para Bush y aquellos líderes continentales, quienes con firmeza decidieron tomar acciones contra estos enemigos de la humanidad. No darle crédito a Bush es como no darle crédito a Uribe tras la muerte de Jojoy cuando ya Santos era presidente.

El mundo es hoy un poco más seguro después de la muerte de Bin Laden, pero sería ingenuo pensar que con él termina todo; ignorar que existen más Bin Laden en otras latitudes, es pensar con el deseo; nombres como Alfonso Cano, Timochenko, Iván Márquez, Rodrigo Granda y otros que siguen atentando contra los ciudadanos de Colombia son una amenaza real.

Es el momento de aplaudir el resultado del hecho incontrovertible de la muerte de un terrorista internacional de gran peligrosidad, aplaudir a la comunidad internacional por su valiosa cooperación. Pero, también es momento de reflexionar y pensar en lo importante que es tener un frente común, para terminar con tanta violencia.