Para muchos dentro de sus principios, la patria tiene que estar por encima de los partidos, se debe defender la justicia, la propiedad privada, la libre inversión, los programas sociales, la seguridad de los ciudadanos y sobretodo la defensa a la verdad. En Colombia se vive una doble moral en muchos sectores del periodismo; algunos medios de comunicación acogen en sus columnas oscuros personajes que se creen dueños de la verdad absoluta y son capaces de arremeter y deteriorar verdaderos legados históricos de quienes millones hemos sido testigos y respaldamos por sus logros.
A propósito de los acontecimientos con el proceso adelantado por la justicia colombiana contra algunos funcionarios de Agro Ingreso Seguro - programa que ha sido vilmente manchado a pesar de sus innumerables éxitos en el agro de Colombia - algunos periodistas ejercen su labor más como un juez de la república que como un verdadero investigador en busca de la verdad. Son muchos los que obtienen impresionantes dividendos dedicándose a publicar calumnias, a hacer investigaciones sin objetividad y se lucran con "primicias" con una persecución injusta y grotesca a una familia política.
No se le puede dar cabida en el corazón a difamaciones enfermizas, que son las que presentan titulares de prensa y semanarios comprometidos. El Tiempo, Semana, Anncol, revistas sindicalistas, Telesur son una muestra de la falta de moral de los medios, prestándose más al show mediático que a la objetividad y el bienestar de un país que ha sufrido por tantos años violencia, desigualdad, corrupción y tantos males más. Periodistas diariamente utilizan diferentes medios con un libreto preconcebido tendencioso, malicioso y perverso y se siguen lucrando basados en el engaño, la mentira, la calumnia y la persecución de líderes queridos por el pueblo, su morbo los lleva a difamar, pero les impide rectificar.
En el caso de los funcionarios de Agro Ingreso Seguros la prensa tanto verbal como escrita busca reconocimiento basados en un oportunismo ante una justicia totalmente politizada, que no esta dando garantías a el debido proceso contra estos funcionarios. para algunos la justicia triunfa cuando alguien va a la cárcel, olvidan en su afán de sobresalir con titulares, que el verdadero triunfo de la justicia es cuando se sabe la verdad.
A Colombia le ha quedado grande la libertad de prensa, pero no deben ser nuestros gobernantes quienes deben tomar medidas contra tanto sinvergüenza que utiliza la pluma o el micrófono para maltratar la honorabilidad de personajes públicos, es una obligación de la sociedad rechazar a el periodismo que carece de objetividad y debe tomar medidas contra este mal enfermizo que se ha vuelto crónico en Colombia, unos informantes morboso, amarillistas, calumniosos y oportunistas.
No podemos olvidar a Napoleón Bonaparte cuando decía “el pueblo se ríe y burla de los defectos y debilidades de los grandes hombres” sin embargo tenemos que mantener unos principios claros en la nación y deben ser defendidos por cada uno de los ciudadanos, y si existe un combo de periodistas que le están hacienda daño al país, debe existir un repudio y rechazo por parte de la sociedad, porque la patria tiene que estar por encima de los partidos y mucho mas por encima del inmediatismo escénico y sin fundamento de los mal llamados periodistas. Defendamos la verdad.
Muy buen artículo. Es cierto, en Colombia, abundan los periodistas ponzoñosos que, amparados bajo la libertad de expresión prefieren acomodar los hechos de la forma más escandalosa posible, crean una verdad basada en mentiras y es esa, la que comunican, pues es esa la que vende.
ResponderEliminarQué lastima, la falta de criterio de muchos de los colombianos que por desidia, no discriminan en búsqueda de la verdad, que por falta de interés, prefieren creer lo que dichos periodistas narran, en lugar de examinar los hechos y sobre todo a quienes los comunican, tomarse el no tan difícil trabajo mirar cual es el color de su papel... y de su bolsillo.